Orsi, ¿qué buscas como pintora?
Cada vez que miro al arte e intento hacerlo también, quiero lograr una calidad similar a la de los artistas que amo. Estos artistas siguen cambiando en mi vida y algunos permanecen. Deseo capturar [sic] la vida como la veo, algo misterioso, lleno de secretismo, asustador a veces pero también divertido. Tal como la veo, la existencia es absolutamente surreal para la mente humana, si una obra de arte puede captar eso, entonces pienso que la “aventura de la vida” es más divertida.
Algunos de tus cuadros parecen sueños o ensoñaciones (p. ej. Los locos). ¿Porqué esto es así? ¿Lo relacionas con tus propios sueños u otras experiencias?
Yo trabajo con emociones que me quedan de los sueños o ensoñaciones. Intento construir una escena “automáticamente” de modo a no sobrerracionalizarla. Este es un viejo modo de crear que los dadaístas y los surrealistas también utilizaron. Me ayuda a soltar mi creatividad.
Algunos motivos que tú eliges son experiencias rutinarias y celebridades, como en tu Hooperesco [sic; yo quería decir Hopperesco] “Chris Martin and Gwyneth Paltrow”. ¿Es este un caso particular en el contexto de tu obra?
Hopper – si te refieres a Edward Hopper, perdona que no me queda claro (…) – tuvo una gran influencia en mi cuando yo estaba en los últimos años de universidad, entre el 2007-8. Me gustaba pintar gente sola en interiores urbanos o paisajes. Algunos de estos cuadros aún me gustan, los miro como “estudios” [“studying paintings”]. En 2010 yo estaba buscando algo más conceptual y pinté celebridades que se escondían de fotógrafos paparazzi. Disfruté pintando esta serie y creo que hay algo muy extraño acerca de personas queriendo ser vistas y no queriendo ser vistas al mismo tiempo. Sin embargo me detuve al cabo de un año porque sentí que quizás no había encontrado el medio idóneo para este tema. Quizás la pintura a óleo es demasiado intimista o tradicional para esto.
Hay una insistencia en la superposición y la desfiguración que me sorprende. ¿Hasta qué punto te crees influenciada por el collage modernista y por el movimiento surrealista?
Yo pinto mis cuadros como un collage porque quiero pintar diferentes capas de tiempo y espacio. Siempre me gustaron el surrealismo y el dada desde mi adolescencia, pero en la universidad por algún motivo no era “cool” y pensé que debería olvidarlo. En los últimos dos años salí del armario poco a poco y admití ante mi misma: ¡me gusta el surrealismo! Vi una exposición de Magritte en Viena. Una podría pensar que Magritte es alguien que también se puede conocer mediante reproducciones porque sus cuadros se basan en ideas. Aún así, esta exposición me hizo comprender [realize] qué gran pintor fue no solamente por las ideas pero también por su realización [realization]. El otro artista que me hizo pensar que yo podía simplemente pintar “cualquier cosa que yo quisiera” fue Neo Rauch. Sus trabajos merecen decididamente la pena ser vistos en presencia porque son realmente monumentales y grandiosos [great].
¿Consideras que tus obras tienen un tema en concreto? Si lo crees, ¿en qué momento lo eliges o bajo que condiciones te ocurre?
Con algunos cuadros tengo temas, [en] otros no puedo describir cuál es tema exactamente, sólo el estado de ánimo [mood]. Las más de las veces cojo ideas viendo imágenes. Me gusta mirar fotos antiguas en casa de mis padres, por ejemplo. Pero también puede suceder que la atmósfera de un libro o una película me inspira. Pienso mucho acerca de mi infancia porque esas emociones aún siguen vívidas en mi vida. Intento no forzar ideas, solo esperar que lleguen. Cuando realmente quiero pintar pero no tengo idea [del qué], normalmente sale mal. Pero en general mi mente es hiperactiva y necesito pensar en cuadros y hacer planes.
Pese a la “irrealización” por la que pasan algunos elementos, te mantienes cercana a la ilustración y a la ilusión de literalidad que ella crea. ¿Concibes conscientemente tus obras como obras de ficción?
Yo disfruto viendo los cuadros que son pintados con virtuosismo. Me gusta pintar de un modo realista quizás porque recibí una formación académica, quizás porque me da una cierta ilusión de que el arte es eterno. Realmente me gusta también mucho la literatura. Creo que contar bien las historias es muy importante, por ejemplo el modo como Kafka escribió sus historias. Creo que un buen cuadro puede tener efectos semejantes, contándote una historia, y haciéndote entrar en su mundo. En este sentido, pues, soy consciente de que mi obra contiene un elemento narrativo. Yo intento crear una realidad alternativa.
¿Cuán importantes son tus memorias – o las memorias colectivas que compartes – en el proceso creativo?
Mi infancia es muy importante. Hablo a menudo de mis memorias, puede ser incluso aburrido para la gente a mi alrededor. Cuando eres una niña realmente quieres ser adulta para hacer todo lo que te apetece, luego te das cuenta de que esos años nunca marchan, siempre están contigo simultáneamente, como si no hubiera orden cronológico en tus memorias. Mis miedos y deseos son básicamente los mismos. Las memorias colectivas son realmente interesantes. Pienso mucho sobre qué significa ser húngara, europea y europea central o del Este. Compartimos memorias semejantes del siglo XX con Eslovacos, Checos, Alemanes del Este, y otros países ex-soviéticos. Europa goza de una historia intensa. Me interesa también la historia familiar. Penso mucho en mis abuelos y en su generación, uno de mis cuadros – Abuelo – se inspiró en algo que conseguí saber de mi abuelo o mejor dicho algo que yo quise descubrir. Así encontré cierta foto de algunos tíos en 1944 en una escuela católica de mi ciudad. Tiene una atmósfera de “II Guerra Mundial” [sic].
Finalmente, ¿cuál es tu posición en medio del terremoto social y político que estamos viviendo? ¿Ser una artista es una declaración en sí mismo?
Creo que ser una artista es simplemente algo que una hace, todos tenemos perspectivas políticas distintas. No me importa ver que las cosas están cambiando pero me pregunto a qué precio pueden cambiar. Creo que las sociedades humanas pueden desarrollarse. No pienso que el capitalismo sea el mejor sistema y ahora parece que esté llegando al fin, pero me preocupa que normalmente los cambios conllevan mucho sufrimiento. No tengo idea de qué pueda ser un sistema mejor porque soy “estúpida como un pintor” (como dijo Duchamp). No puedo soportar el racismo y me pone enferma ver cómo esas emociones negativas contra rumanos y judíos van en aumento en Hungría y otras partes de Europa, y contra inmigrantes también. Pienso que Gandhi dijo que tarde o temprano el bien siempre gana y estoy de acuerdo con él, por eso mantengo mi optimismo esperando que sea más bien temprano.