Fetichismo y fobia: dos defensas no selectivas (2)

Lara Stone (foto: Steven Klein)

Lara Stone (foto: Steven Klein)

Estructuralmente semejante es el objeto de la fobia que, al concentrar las atenciones y la libido del sujeto, libera otros objetos significativos de esa investidura. Podríamos hablar de la agorafobia como un tipo fóbico de referencia, aunque ya conocemos la falsedad de tipificar o tomar referencias en el psicoanálisis. Hablo de referencia, en este caso, para expresar la conveniencia de tomar un ejemplo, más concretamente aquél en que el objeto de la afección, conocida como miedo, es el espacio público o ampliado. ¿Qué quiero decir cuando digo “el espacio ampliado”? Quiero indicar la vivencia profundamente insatisfactoria y angustiante, con un minus de goce aparentemente significativo, de quién experimenta una salida – real desde su subjetividad – del espacio marcado como seguro. Estructuralmente, parece haber un espacio-significante donde el sujeto se halla circunscrito y que encuentra indeseable abandonar. La elección de ese espacio parece darse positivamente, como reafirmación de ese espacio, y negativamente, como negación – en muchos casos progresiva, galopante – de otros, los espacios-fuera que van siendo libidinalmente desinvestidos para dar lugar a una superinvestidura del lugar marcado como posible, es decir, el lugar restante.

Circunscripción tiene aquí un sentido muy marcado pues la subjetividad se escribe desde esa delimitación circundante, ese movimiento que aparece en el discurso de un analizante como algo envolvente, desde fuera hacia adentro, hacia el interior, sitiándolo a la vez que situándolo en un límite soportable. La circunscripción aparece como mal, ciertamente, pues es el espacio al que el sujeto de fobia se halla confinado, pero también le supone un beneficio identitario porque le proporciona un subrogado de la separación y le ofrece, por consiguiente, una instancia de diferenciación.

La posibilidad de elección positiva o negativa del lugar restante presenta una diferencia respecto del fetiche, que parece ser elegido positivamente, aunque en efecto redunde también en una negación de los demás objetos. Las razones para la elección de un espacio determinado – o, en general, de cualquier objeto de fobia – pueden no ser explícitas, y tampoco son necesariamente evidentes los significados con los que el sujeto de fobia cierra el espacio que le queda por marcar como espacio-fuera, aunque los más frecuentes remiten a ideales de seguridad, salubridad, entereza y, menos frecuentemente quizás, de fidelidad y propiedad. Sin embargo, considerando que la entereza está asociada al principio yoico de identidad (ser entero, ser uno, ser mismo) y que todo el espacio-fuera es un espacio indiferenciado, vemos que aquello indiferenciado es mucho más apto a representar un objeto de elección que no lo diferenciado, al menos para quién experimenta esa posibilidad “ahí fuera” de diferenciación como motivo de pánico, como viene a ser el caso en la agorafobia.

Luego, una hipótesis sería que el espacio – o, más restrictivamente, el espacio-fuera – sería, entre los objetos de fobia, excepcional, ya que coincidiría con lo indeseable, mientras en las demás fobias el espacio-fuera del objeto sería el espacio adónde huir o al menos al que acudir, situándose el sujeto en un espacio-dentro, un topos de implicación en el que pueden intervenir factores interruptores de ese efecto de seguridad, entereza o estabilidad tan instantemente reclamado por el sujeto de fobia.

Otra hipótesis, sin embargo, es que la agorafobia sea precisamente el deseo reprimido del espacio-fuera, y que la represión asuma positivamente el miedo como forma de suplencia para sostener la negación del deseo y llegar a degradar objetos susceptibles de elección en objetos de fobia. Esta segunda hipótesis parece acercar definitivamente la fobia al fetichismo.

En efecto, tanto el objeto de fobia como el fetiche circunscriben un espacio de representación de seguridad, aunque algunos signos parezcan contradecirlo. Incluso en la agorafobia, la seguridad asociada al espacio que he descrito como lugar restante es un simulacro de algo más beneficioso, que es la frontera entre la seguridad del lugar restante y la amenaza del espacio-fuera como línea de marcación identitaria; y en el caso de los fetiches que ponen en juego una supuesta amenaza a la entereza o seguridad, como puede ser el de una analizante que solo logra excitación sexual mediante su asfixia, ese objeto (o acto de asfixia representado como objeto escénico) es un significante-sujetador, aquello cuya analogía encontraríamos, para la psicosis, en aquello a que llama Lacan el “point de capiton” (punto de sujeción en el tapizado tipo capitonné).

En este sentido, la inseguridad o amenaza a la entereza supondrían un beneficio tanto en la fobia como en el fetichismo, tratándose quizás principalmente, en el primer caso, de un beneficio de saber, más concretamente identitario y, en el fetichismo, de un beneficio de orden sexual. Este beneficio no hay que confundirlo con el goce sexual tout court, así como no hay que considerar que la seguridad reclamada desde la posición fóbica es una seguridad tout court: primero, porque todo signo está dividido y no hay tal cosa como un significante tout court; segundo, porque la posición analítica tiende a diluirse cuando juega a la hermenéutica positiva, pero se sostiene cuando hace la apuesta decisiva por la hiancia, que es donde radica la división del sentido y su descubrimiento; tercero, porque cuando la posición analítica no sabe sostenerse, revelar la identificación de la inseguridad o de la amenaza a la entereza como un beneficio supondría probablemente un retroceso o incluso la pérdida de la transferencia.

Me parece imprescindible tener presente que lo que esos valores aparentemente indeseables están poniendo en juego no es nada menos que la negativización del falo (menor phi, phi minúscula) – algo suficiente para desatar las alarmas del yo y positivizar sus defensas más primarias, que podrían escribirse, por ejemplo, como abandono del análisis.

About these ads

¿Quieres comentarlo?

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. ( Cerrar sesión / Cambiar )

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. ( Cerrar sesión / Cambiar )

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. ( Cerrar sesión / Cambiar )

Estás comentando usando tu cuenta de Google+. ( Cerrar sesión / Cambiar )

Cancelar

Conectando a %s