Paulo Belzebitchy
He conocido el trabajo de Paulo a través de un documental sobre un proyecto anterior (Solange, tô aberta!). Decidí hacerle una entrevista. El resultado es el testimonio en primera persona de un trabajo sólido, arriesgado, divertido y excitante, pero también sobre la homofobia y la xenofobia, la infancia en Brasil y la vida en Alemania, la música y el cuerpo. Lejos de los academismos y de las etiquetas pero sin resentimientos ni concesiones, este es Paulo Belzebitchy. “Exotic Animal”, su nueva gira, estrena el 18 de mayo. Paulo está en SoundCloud.
Paulo, ¿cómo ha sido tu proceso de probar lenguajes artísticos y descubrir cuáles te gustaban más?
Empecé a interesarme por música muy pronto, a los 15 años de edad ya trabajaba profesionalmente como percusionista. Pero con el tiempo comencé a sentir una necesidad de tener más espacio para hablar y enseñar cosas que yo realmente sentía y creía. Entonces, a los 17 dejé la percusión y empecé a cantar en una banda de punk rock llamada Labéu, ya con performances, temáticas y aspecto bastante más “extravagantes” que los de mis trabajos como percusionista. Un día, fuimos invitados a tocar en la plaza de una ciudad del interior del nordeste brasileño, era un evento de calle, con mucho público y nosotros estábamos felices por la oportunidad. Entonces, después del show fuimos a conmemorar en un bar y en un momento dado fui al aseo y tres hombres entraron en la cabina donde estaba yo, cerraron la puerta y me pegaron hasta desfigurar totalmente mi rostro, diciendo que habían visto mi concierto y que su ciudad no era un lugar para homosexuales. A partir de entonces, empecé a tener síndrome del pánico, me pasaba semanas sin salir de casa, dejé la música, paré de estudiar y tenía miedo hasta de mi propia sombra. Fue un período muy difícil, pues al mismo tiempo que intentaba superar el síndrome del pánico, necesitaba lidiar con el rechazo y las presiones de mi familia respecto de mi sexualidad. No sé explicar bien el motivo, pero fue exactamente en medio de este caos que descubrí que todavía tenía mucho qué hacer! Entonces salí de casa y volví a trabajar como músico. Pasé por algunas bandas y ahora estoy en mi carrera a solo, pero mis procesos de experimentación y descubrimientos siguen sucediendo a diario. Soy una persona muy inquieta y así como Janis Joplin, “nunca estoy satisfecha com nada”, por eso creo que en cuanto esté vivo, seguiré experimentando y descubriendo, descubriendo y experimentando….
Tu discurso, tal como aparece en las letras de tus canciones y en las entrevistas, revela un nivel de reflexión sobre cuestiones de género que no es común en las artes performativas. El trabajo creativo que haces ¿te ayuda a negociar tus identidades, o más bien empiezas por esa reflexión para crear? ¿O no se puede separar una cosa de la otra?
Honestamente, nunca me ha parado a pensar sobre eso, pero creo que tods mis canciones son muy personales, aunque yo hable de cosas o asuntos que no están directamente relacionados conmigo, siempre estoy dando mi opinión o mostrando mi manera de ver alguna cosa. La música es como una terapia y es a través de ella que logro asumirme, exponerme, reinventarme y renacer de la manera más sincera y verdadera que he conocido nunca. Por eso yo creo que no es posible separar las cosas. Está claro que cuando estoy en el escenario existe un momento de explosión en el que todo se multiplica, pero en mi rutina también puedes verme haciendo cosas iguales o incluso más locas, dependiendo del momento. También creo que el hecho de ser una persona súper observadora me ayuda mucho a la hora de crear. Me parece fascinante conocer la rutina de travestis y prostitutas, por ejemplo. Me encanta saber qué piensan, cómo viven, cómo se relacionan… Siempre aprendo y me inspiro mucho a cada conversación, cada documental o libro que leo sobre el tema. Tengo pavor de volverme alguien que solo pueda dialogar con “intelectuales”. ¡Hago arte para el pueblo! Para ser amado y odiado. Para cuestionar, para divertir y construir ¡pero también para irritar, incomodar y destruir!
¿Hay algún momento en el que Paulo Belzebitchy deja de ser performer?
¡Sí, varios! Algunas personas que me conocen después de verme en escenario, esperan encontrar no palco, esperam encontrarse a una caricatura. Piensan que tengo la obligación de bailar a lo loco, entretenerlas y hacerlas reír todo el rato. Pero yo realmente no tengo interés en suplir este tipo de expectativa. Honestamente, me parece muy cansina esa necesidad que tienen las personas de rotular y crear estereotipos para “definir” a alguien que las más de las veces ellas han querido conocer. Nadie es una sola cosa el tiempo todo, y yo no dejo de tener vivencias en los momentos en que quiero estar más tranquilo solo para demostrar que soy Paulo Belzebitchy. Además, como cualquier persona, tengo mis problemas, dificultades, cuentas para pagar a fin de mes ¡y en esos momentos no hay performance que te lo resuelva!
La letra tiene un papel importante en tus espectáculos, pero también das mucha importancia a la música (“ritmos malditos”, como doce Adriana Prates) y a los aspectos visuales (ropa, maquillaje, escenario, elementos escénicos…). ¿El hecho de que no estés viviendo en Brasil y de que estás pisando fuerte en varios países e internacionalizándote ha tenido mucha influencia en la forma cómo concibes ese equilibrio entre texto, que es menos traducible, y música y recursos de imagen, que son más universales?
¡Sí, en definitiva! Yo nací y crecí en las afueras de Fortaleza, en el Nordeste de Brasil, vivía en un barrio que no tenía saneamiento básico, no teníamos transporte público regularizado, no teníamos acceso a cultura, bancos, correos, hospitales, ¡no teníamos nada! Por eso mi experiencia en cuanto artista queer estaba muy enfocada en mi vida como brasileño, tanto por el hecho de que Brasil es un país muy grande, como porque yo jamás había imaginado que un día podría conocer otros países.
Hoy día, tras dos años viviendo en Europa, mis visiones y perspectivas se han ampliado realmente, pero yo no soy europeo ¡ni quiero serlo! Mi forma de hablar es distinta, mi forma de bailar es distinta, mi música y la actitud en el escenario también son distintas. Observo que muchas veces Europa aún es muy conservadora en relación a artes y artistas que se escapan a esos patrones de cuerpos que bailan, cantan o se mueven llenos de técnica y perfección. Además, aún queda ese pensamiento ignorante de que una persona solo puede comprender lo que dice otra cuando ambas hablan el mismo idioma. ¡Todo eso me parece pésimo! Principalmente cuando veo cómo este tipo de comportamiento se reproduce dentro de espacios y eventos que teóricamente serían queers.
No deseo que mi trabajo sea comprendido por todos, pero para mí es extremamente importante que siempre sea accesible a cualquiera que quiera comprenderlo. Y cuando hablo de comprensión me refiero a una visión particular que cada persona tendrá sobre mi música, sobre mi show y sobre la forma cómo me comunico. No existe ningún idioma más universal que el cuerpo y en cuanto inmigrante aprendí que comprensión e integración son sinónimos de disponibilidad ¡por ambas partes!
¿Cómo es tu experiencia en el escenario? ¿Hay algo que te excita en el público, en esa dualidad entre exhibición y voyeurismo?
Me encanta ver al público interactuar entre sí, las sonrisas, las miradas y los contactos corporales entre personas que no se conocen. ¡Es una atmósfera de piel y sudor que me hace superar cualquier cansancio o dificultad! Me parece lindo ver a la gente bailando sin preocuparse por los patrones o cualquier mierda que la sociedad nos impone! La libertad hace más sexys a las personas ¡y afortunadamente gran parte de mi público es muy libre!
A pesar de eso, soy totalmente consciente de que mi trabajo puede dar placer a las personas con la misma intensidad con la que puede molestarlas. ¡Por eso puedo decir que tengo la sensación de un deber cumplido siempre que alguien me ama o me odia!
¿El fanatismo y la heteronormatividad afectan a tu trabajo? ¿De qué manera?
Fanatismo y heteronormatividad son característicos de personas ignorantes, pero no podemos cerrar nuestros ojos ante el hecho de que estas posturas de comportamiento excluyen, violentan y matan millones de personas en todo el mundo y que cualquiera de nosotros podría ser la próxima víctima!
Brasil es un país que bate sus propios récords mundiales en número de crímenes homofóbicos y los partidos políticos vinculados a las iglesias siempre son responsables de la mayor cantidad de votos en contra de la aprobación de cualquier ley o proyecto que tenga como objetivo dar visibilidad y proteger los derechos de las personas que no tengan una identidad heteronormativa. Sabiendo esto, ¡es realmente asustador pensar que una gran parte de la población brasileña es todavía muy influenciada y enajenada por la Iglesia! En Alemania, siento a diario el perjuicio en las miradas y en las actitudes de las personas. En Berlín, un par de amigos casi fue apedreado simplemente por estar besándose en el calle.
¡Por eso, los fanatismos y la heteronormatividad afectan directamente mi vida en todos los sentidos! Y cada vez que sucede algo conmigo o con quién sea, solo pienso en seguir luchando por mi derecho a existir no solamente como artista sino, principalmente, como persona!
Y ahora viene ese tema que ya aburre… En un documental sobre Solange, tô aberta!, preguntaron si ese proyecto era queer y, hace poco, en Pragatecno contestaste con algunas reticencias a las cuestiones planteadas por Gisele Nussbaum y Leandro Colling acerca de una posible cultura queer y sus características. ¿Dirías que hay un arte de la fuga para no dejar atraparte por la Academia y la burguesía?
Realmente no soy el tipo que se queda pensando en cómo huir a las cuestiones… La vida me ha enseñado a encararlo todo de frente. Si tengo que hacer escándalo lo hago, si tengo que pelearme peleo, si tengo que perder un amigo yo pierdo. Yo no tengo siquiera un curso superior, por eso mi trabajo no está ni ha estado nunca ligado a la academia, pero siempre que me invitan a participar de un evento académico, yo voy del mismo modo que iría si me invitaran a tocar en una casa okupa. Si no ocupas los espacios que te ofrecen, ¡luego no te quejes de falta de visibilidad!
Creo que la Academia tiene un papel importante en lo que respecta a ampliar nuestra visión sobre ciertos temas, pero por otro lado no creo que ella haga alguien más inteligente. No tengo mucha paciencia para posiciones, discursos y lenguajes que parece que se hayan construido sólo para ser entendidos por personas que frecuentan una universidad. Creo que, si el estudiante realmente quiere hacer política, debe tener la consciencia de buscar nuevas formas y espacios para intercambiar experiencias, opiniones y conocimientos con otras personas que no han tenido las mismas oportunidades o simplemente optaron por no tener una vida académica. Porque, además, ¡muchas de estas personas también tienen mucho que decir y enseñar!
Si queer sigue siendo un armario, postqueer podría ser un armario con más espacio, pero aún así un armario. En tu opinión, ¿qué podemos hacer con esas instituciones que insisten en domesticar nuestras posiciones subversivas reduciéndolas a etiquetas inofensivas?
Mira, honestamente pienso que postqueer es solo una forma más que las personas encontraron de complicar las cosas y mantener sus posiciones intelectuales. ¡El mundo es heterosexista! El binarismo hombre/mujer predomina fuertemente y de forma nítida en la mayoría de grupos sociales. Es fácil hablar de postqueer cuando estás protegido por los muros de la universidad o tienes las condiciones para frecuentar espacios y relacionarte con grupos que ya están inseridos en este contexto.
La vida necesita práctica y quién se pasa mucho tiempo viviendo solo de teorías, pensando en qué es o qué podría ser, ¡acaba no siendo nada! Por eso, gente que quiere ser muy intelectual necesita tomar más por culo, ¡literalmente! Intelectuales, para mi, son las trans que aprenden a modificar sus cuerpos, construyen nuevas identidades, son discriminadas, marginadas, echadas a la alcantarilla de la sociedad ¡y aún así sobreviven lindas y maravillosas!
Hay mucha gente que prefiere salir del armario discretamente o incluso quedarse en el armario para ser aceptada. A estas personas, ¿qué argumentos les darías a favor de la reivindicación de la máxima visibilidad, del máximo derecho a expresarse, y a la exuberancia estética?
Ahora vivo en Alemania, un país que también es machista y homófobo, pero que me permite vivir en condiciones mucho más favorables para asumir mis identidades. Si me preguntas si me gusta vivir aquí, ¡yo respondería que no! No es fácil ser un extranjero, sobre todo en un país que a menudo se niega a asumir que tiene perjuicios! Pero yo nací y crecí en Brasil, un país extremadamente machista, falsamente moralista ¡y violento! ¡Donde las personas están completamente alienadas por instituciones como la Iglesia y los medios de comunicación! Donde numerosos ataques y crímenes de homofobia son tan crueles que cuesta creer. Y a pesar de ser muy triste y aterrador, sé que hay países donde la situación es mucho peor…
Así que es difícil argumentar sobre este asunto, teniendo en cuenta que existen situaciones extremas y yo jamás podría invisibilizarlas. ¡La única cosa que puedo decir es que vale mucho la pena no desistir de luchar por sus derechos! Ya sea viviendo en el lugar donde hayas nacido, o yéndote a vivir en otros lugares, como hice yo, lucha por el derecho a ser respetado por lo que realmente eres, ¡no por lo que la gente exige que tú seas! Somos bombardeados por el sexismo desde nuestro nacimiento, a cuenta de ello, muchas veces acabamos desarrollando perjuicios contra nosotros mismos. Busca conocimiento, intenta informarte y resistir de la manera que puedas. Las dificultades siempre existen, y todos tenemos unas cuantas, ¡pero aceptar que ellas nos paralicen es una cobardía!
Ahora tu futuro cercano. Háblame de “Exotic Animal”.
Exotic Animal es el nombre de mi próximo single, la letra habla de xenofobia, racismo y está muy inspirada en mi vida como inmigrante aquí en Alemania. Además de ser el título de mi primer disco, esta música también dará nombre a mi nueva gira que empezará el día 18 de mayo en el festival Queeristan, en Amsterdam. Estoy compartiendo mi tiempo entre los ensayos para este nuevo espectáculo y la producción del álbum que además de algunos sencillos ya lanzados, ¡contará con varias canciones nuevas y algunas participaciones súper especiales!
Paulo, para terminar, estoy seguro que las lectoras y los lectores de España, Italia, México, Chile y Colombia – donde el blog tiene más visitantes – quieren ver tu actuación – ¡yo me incluyo! ¿Tienes proyectos o deseos para esos u otros países?
La gira del año pasado fue súper divertida pero los espectáculos se concentraron mucho en el Norte de Europa y Brasil. Esta nueva gira será más larga y estoy organizando una estructura propia para poder llevar siempre el mismo espectáculo a cualquier lugar. Además del Queeristan, están confirmadas algunas fechas que ya están en mi agenda como la T-CSD en Berlín (estaré en el carro Mash-UP!) y el Oslo Queer Festival 2012. ¡Estoy realmente muy ansioso por esta nova gira y espero poder viajar mucho! Pero soy un artista independiente y no siempre se puede llegar a todos los lugares que yo quisiera. Por eso, si hay alguien interesado o que cree que puede ayudar de alguna manera a llevar mi espectáculo a su ciudad, basta con escribir a: [email protected] ¡Estaré muy contento y agradecido! Evidentemente, también serán muy bienvenidas las personas que quieran solamente contactar conmigo! :)
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