Cuando una demanda aparece formulada por más de unanalizante en términos coincidentes y orientada por señales de deseo con rasgos comunes, ¿acaso es suficiente el análisis que tiene lugar durante el acto analítico y en el ámbito de consideración de un caso? Aunque la singularidad delanalizante es irreductible -en el doble sentido en que no es menos que una y no es más que una-, puede darse en contextos sociales concretos una comunidad de demanda que se da, por ejemplo, en el contexto o trasfondo referencial común del capitalismo moralizado como recorrido transversal, corte a través de sujetos, delimitación que a-traviesa alguna de sus demandas particulares anundándolas en el rebelarse de una costura. Esto puede pasar por una manfestación en contra de los costes de productos necesarios (los llamados bienes de primera necesidad), o del coste social de medidas de contención (que sin embargo generan con-tensión social).
Para acercarnos a la causa de la contestación social -que de contestación solo tiene el hecho de ser la reacción a las demandas excesivas y perversas de un amo amado-, hay que indagar qué forma aquél recorrido transversal que es la comunidad de demanda (o, simplificando, la demanda común). Del amo amado ha mamado más de uno y, mientras ha mamado, ha amado justamente a quién le ha mandado; pero al haber amado al amo en el sentido perverso que la justicia tiene para él, el amor del esclavo ha sufrido una desinversión: ya no es esclavo sin consciencia de clase, amante orgulloso de su amo, sino que por amor impropio -apego a una libertad cercenada- lucha por su sobrevivencia al lado del amo. Así se entiende el renovado afán por las identidades de marca, el asociativismo al servicio de la empresa y del capital que siempre está en manos de otro, el prestigio de los fondos basura que rascan en la miseria de muchos los dividendos de muy pocos, la dedicación al trabajo como cuestión de honor, el triunfo mismo de los valores imaginarios -prestigio, honor, seguridad- sobre el reconocimiento de la alteridad, la libre responsabilidad, la consciencia de finitud.
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